Ampliar la mirada es posiblemente una de las oportunidades más poderosas que nos ofrece el complejo momento que atraviesan las escuelas. Lamentablemente es algo que muchas personas ―en la docencia, en puestos directivos y en cargos públicos― pasan por alto. Y no pretendo juzgarles o culparles por ello. Las confusiones, preocupaciones y necesidades (convertidas frecuentemente en exigencias) de los diferentes actores sociales involucrados, se han convertido en un obstáculo para muchas personas al momento de buscar el lado positivo de la crisis. Pero lo cierto es que, en medio de la incertidumbre, existe el espacio para construir y proyectar el futuro.
La necesidad de mirar más allá de lo inmediato ya estaba aquí antes de la emergencia sanitaria mundial. En una reflexión previa compartí algunas ideas sobre la importancia de aliarnos para construir la visión de la educación que deseamos. Las herramientas tecnológicas hoy abren puertas extraordinarias para potenciar esa alianza más allá de nuestros equipos, explorando vínculos e intercambiando experiencias con otras personas e instituciones, superando cualquier distancia geográfica.
Recientemente he tenido la dicha de confirmar esto en diferentes espacios de intercambio de ideas y experiencias. Comparto hoy uno de estos casos y reservo uno más para mi siguiente publicación.
Aunque en tiempos recientes algunos congresos y encuentros educativos se han convertido tristemente en ferias para la venta de servicios, sigo encontrando en muchos de estos espacios enormes oportunidades para la reflexión, el diálogo y la generación de iniciativas. Buscando inspiración, hace un par de semanas asistí a mi primera experiencia de esta naturaleza en formato 100% en línea.
Desde hace algunos años, cada verano la compañía norteamericana Instructure realiza CanvasCon, un encuentro de educadores usuarios de Canvas, su Learning Management System (LMS). Aunque siempre me ha entusiasmado la posibilidad de participar, nunca he tenido oportunidad de asistir. Evidentemente este año el evento no podía realizarse de forma presencial, pero Instructure apostó por el formato en línea y además decidió hacerlo de forma gratuita. Así pues, no tuve pretexto para faltar.
Entre las cosas que más me sorprendieron y agradezco de la experiencia, estuvo la capacidad de CanvasCon para trasladar a una plataforma digital no solamente los contenidos con los respectivos formatos de conferencia y webinar, sino el espíritu de encuentro y las posibilidades de conexión entre los asistentes.
Durante una intensa jornada se transmitieron sesiones plenarias y presentaciones paralelas organizadas en torno a diversos temas; pudimos ingresar a sesiones interactivas para explorar algunas herramientas e incluso participar en espacios de networking para establecer diálogos en pequeños grupos. Difícil narrar en unas cuantas líneas la experiencia de entrar a diferentes salas virtuales y recorrer las mesas saludando y conociendo a personas de diferentes lugares del mundo, con posibilidad de intercambiar experiencias.
Reflexionando sobre mi experiencia en CanvasCon 2020, podría dividir mis aprendizajes en dos grandes ámbitos. Por una parte, naturalmente, los aprendizajes formales que derivan de las sesiones. Y por otro lado aquellos que desprendo de una suerte de análisis metacognitivo sobre la experiencia misma: más allá de las valiosas herramientas que pude experimentar, rescato la importancia de explorar caminos para mantener viva la dimensión humana de nuestras experiencias, usando a nuestro favor la mediación tecnológica.
Si bien la experiencia plena de CanvasCon solo podía experimentarse en directo el día del encuentro, para fortuna de todos los contenidos de las presentaciones están disponibles como recursos abiertos visitando la página de CanvasCon 2020. De los muchos contenidos, comparto y recomiendo aquí dos.
Primero, uno de los momentos que más me emocionaron. Durante las sesiones plenarias, Melissa Loble, Chief Customer Experience Officer de Instructure, presentó una inspiradora selección de evidencias y testimonios de docentes de educación básica que ilustran el poder de la vocación de incontables educadores que se esfuerzan cada día para mantener una auténtica conexión con sus estudiantes. Entre los aspectos clave que recupera Melissa en su presentación, destaca sin duda la importancia de potenciar la dimensión humana durante la experiencia de educación a distancia. (Duración aproximada: 22 minutos)
Finalmente, la intervención de Dean Wilson y Nancy Brightwell: Driving Lasting Change: Tips for Leading Well in Uncertain Times. El título promete y, a mi juicio, Dean y Nancy lo cumplen sintetizando ideas clave para directivos y líderes educativos que busquen aprovechar este momento crítico para reimaginar y reformular sus escuelas. (Duración aproximada: 20 minutos)
Para la siguiente entrega, queda pendiente recuperar otra experiencia para ilustrar el valor de ampliar nuestra mirada.

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